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lunes, 20 de septiembre de 2010

COLUMNA HUMANIDAD-ES “EL FESTEJO...¿Y LUEGO?” *

Después de una larga celebración del Bicentenario de la Independencia, cargada de emociones, polémicas y sobretodo de un largo puente de descanso para muchos –que me parece contribuyó a que el festejo tuviera un “plus”- seguramente iniciaremos el “post bicentenario” con alguna iniciativa gubernamental.

Algunas de las polémicas rescatables sobretodo porque son atractivas desde el punto de vista histórico es el famoso “Coloso” y la pregunta que se hace en las redes sociales de ¿Qué pensaba el escultor Juan Carlos Canfield, cuando decidió basarse en la fisonomía y rostro de Benjamín Argumedo para hacer la escultura conmemorativa de los 200 años de nuestra Independencia y los 100 de la Revolución Mexicana?

A Argumedo hoy se le consigna en textos de historia como el hombre que reconoció a Victoriano Huerta como presidente legítimo, combatió a Francisco Villa, Venustiano Carranza y traicionó a Emiliano Zapata. Y el cuestionamiento a través del Internet de ¿Por qué un traidor, desertor, antirrevolucionario, para conmemorar las gestas patrias? ¿Por qué le hicieron un monigote de 20 metros de alto y lo levantaron como héroe en medio del Zócalo?

El cuestionamiento al gobierno federal por gastar 3 mil millones de pesos para la celebración y, más aún, por la promesa de obras no terminadas, así como la invitación de algunas autoridades del DF a no “salir” a celebrar sino a “cómodamente desde su hogar, disfrutar las transmisiones televisivas de los festejos”, lo que algunos vieron como una estrategia política para desangelar los festejos al Gobierno Federal, fueron algunas de las polémicas suscitadas con motivo del Bicentenario.

También lo fueron los las dudas razonables sobre si habría motivos para celebrar un país que carece de logros en la actualidad en diversos rubros.

Lo rescatable fue la inyección de nacionalismo y sentimiento patriótico que a todos nos recordó la gran Nación que todos quisiéramos y que tuviéramos si actuáramos con responsabilidad desde nuestras diferentes posiciones, ya sea en la iniciativa privada o en la esfera pública.

Esto lo retomo a raíz del mensaje que pronunció el Gobernador del Estado, José Calzada Rovirosa después de dar el grito de Independencia en Palacio de Gobierno, aprovechando la oportunidad histórica de festejar en el lugar donde propiamente se detonó el movimiento independiente para conminar a redoblar esfuerzos a favor de Querétaro, en un discurso muy apropiado para el gran momento.

Rescatable también la conducta de los mexicanos y mexicanas, que en estos festejos actuaron con responsabilidad y tranquilidad para evitar lo que algunos mal intencionados auguraban: la violencia.

Ahora lo importante será preguntarnos ¿Qué viene para México después del tan comentado Bicentenario? Los mexicanos somos emotivos y sentimentales en temas y eventos que nos recuerdan lo grande que ha sido nuestro país y somos soñadores en lo que pudiera llegar a ser. Por eso creo que habría que aprovechar el sentimiento actual para emprender un proyecto que nos integre a todos y evite seguir desaprovechando las grandes oportunidades históricas que se nos presentan “para hacer algo grande” por nuestro país, para poner a ésta generación en un capítulo importante en la historia de México y no únicamente como “la generación del festejo”.

*Columna del Presidente de la CEDHQ, Adolfo Ortega Osorio, publicada el Lunes 20 de Septiembre de 2010 en el periódico A.M. Querétaro.

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